A pesar de toda la agitación del mundo, Jesús está presente y es más poderoso que la tormenta que nos rodea.
Él desea sanar, renovar y unificar el mundo. Y qué mejor manera que a través de la fuente y cumbre de nuestra fe:
La Sagrada Eucaristía
Imagina por un momento lo que este Avivamiento Eucarístico podría significar para nuestra Iglesia, nuestras familias y el mundo, cuando nos convertimos en un pueblo Eucarístico.